Recordando el 2012

El primer día del 2012 escribí un correo a gente que quiero, quise e hizo de mi 2011 un mejor año. Hoy borraba correos viejos, de esos que incomodan la mirada y me di con la grata sorpresa de encontrarlo traspapelado. Hoy me amo más.

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Queridos amigos,

He despertado en la playa, caminando bajo ese amanecer anaranjado que se forma cuando la marea baja.
No tengo resaca. Peso 68 kilos con grasa acumulada en el abdomen, hiperextensión en la cadera izquierda, un grano que me esta saliendo en la mejilla derecha y llevo una pitita hermosa que me compré por Navidad en Barranco.


He despertado en la playa este primer día del año pensando como el 2011 ha sido una temporada demasiado intensa. No se ustedes pero yo llevo una vida absolutamente metódica (con mis dirty little secrets, obvio) pero metódica al fin de cuentas, y este 2011 fue como una ola de tsunami.


Susanne Noltenius tiene un libro precioso de cuentos al que siempre recurro: "Crisis respiratoria" y en uno de sus textos, curiosamente titulado "Tsunami" habla sobre una mujer que camina por la playa y que espera con una mezcla de pavor y ansiedad esa ola que, no lo dice pero uno lo intuye, se lo llevará todo.


Hoy he despertado en la playa y quiero avisorar que hemos despertado al día siguiente. Cuando la ola ya pasó.

Quiéranse mucho, coman cosas deliciosas, jamás se acepten  tal y como son, exíganse muchísimo, hagan ejercicio, mujeres: usen tacones altos que ya habrá tiempo cuando sean ancianas de usar chanclas y ballerinas, chicos: tener una barriga gigante no es lo mismo a tener una espalda gigante y córtense el pelo MFckers, el pelo largo es para chicas, y es gay pero bien 80's.


Pero sobretodas las cosas este 2012 ofrezcan su corazón sin miedo. El amor es unidireccional siempre y que chucha importa si no tenemos suerte. Es tan rico amar.


La mayoría de ustedes me agota en ocasiones, pero así y todo los quiero y por eso me tomo estos 5 minutos para compartirles mi mañana y desearles siempre esa felicidad infinita que en algún lugar nos espera.


O.
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Acompaña el post, "La gran ola de Kanagawa" del pintor japonés Katsushika Hokusai. A veces quisiera ser una sirena y vivir ahí. En silencio.

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